Resulta incuestionable que toda educación transmite valores. Seamos o no conscientes de ello cualquier entrenador-educador, a la par que transmite conocimientos, técnicas…, también se convierte en un modelo para sus alumnos-jugadores…
En el Fútbol Sala y en el deporte en general los entrenadores están influyendo en la formación humana de sus jugadores, sobre todo en las primeras edades; con sus actitudes están transmitiendo valores éticos, morales…
Resulta esencial comprender que toda formación tiene siempre un carácter, componente moral irrenunciable, ya que a través de ella los vamos a formar como personas.
Pretendemos educar y fomentar valores de solidaridad, generosidad, humildad, igualdad, respeto…talvez en la competición puedan advertirse otros valores, en las primeras edades. Considero que es fundamental todo lo expuesto anteriormente. Nos gusta educar a través del Fútbol Sala, pienso que cada entrenador-educador debe encontrar en su propia conciencia el modelo deportivo y social que le gustaría que sus jugadores reflejen en generaciones futuras.
Puede entenderse que me estoy olvidando de la formación de los jugadores, pues no, pretendo formar una base de valores que definan al deportista como persona y que según avance en crecimiento deportivo y personal sepa adaptar todos estos valores a la competición, el alto rendimiento, los logros, los fracasos… y favorecer actitudes positivas hacia uno mismo y hacia los demás.
En definitiva, la práctica deportiva, el Fútbol Sala debe formar parte de un estilo de vida.
Todo esto pretendo explicarlo de otra forma. Si a un niño le inculco valores de solidaridad, respeto, generosidad, responsabilidad, humildad, igualdad…pasarán los años y ese niño se encontrará en un equipo que tiene por finalidad conseguir unas metas, logros, es decir un resultado. Este jugador si no es capaz de ser responsable en el juego, en sus decisiones, si no es solidario en un esfuerzo por un compañero, si no actúa de igual a igual dentro del equipo, si solo hace deporte por sobresalir es evidente que, más pronto que tarde, aparecerá alguien mejor, o nos daremos cuenta de que las metas que se propusieron nunca las logrará.
Pienso y creo firmemente que en la formación de un jugador, de un equipo se necesitan valores, sea en competición, alto rendimiento o patio del colegio. Los valores individuales al servicio del grupo generan y favorecen la consecución de metas, logros y crecer personal y deportivamente.
TODO ESTO: Respetando las etapas evolutivas del niñ@.
Desarrollando hábitos positivos dentro del Fútbol Sala.
Fomentando buenas relaciones entre los miembros del equipo.
Favoreciendo situaciones de colaboración y cooperación.
Definiendo roles.
Estableciendo responsabilidades.
Elaborando tomas de decisión.
Buscando liderazgo.
Las actitudes, aptitudes, normas y valores al servicio del equipo tienen su reflejo en el juego, el entretenimiento, la competición, la vida… Sin ninguna duda, el deporte forma personas.